NAHUAL es una novela de ciencia-ficción creada por Fabrizzio Spada Fuentes.
Inspirada en el conflicto mapuche y con mucho respeto por dicho pueblo.
ASNA, la Agencia Secreta Nacional Antiterrorista lleva años en una guerra secreta con la célula paramilitar araucana NAHUAL.
Tras el escape del lider de NAHUAL, Lautaro, la guerra toma una nueva dirección.
El 2014 será el año que definirá la historia de Chile.

NOS HAN MENTIDO.
NO ESTAMOS SOLOS.

sábado, 29 de marzo de 2014

CAPÍTULO IV: YOSSIE BLUEE



Yossie Bluee da vueltas por su casa.
Yossie Bluee aborda un avión con rumbo a Temuco.
Yossie Bluee espera a dos hombres llamados como estrellas.

Santiago de Chile (o de la nueva Extremadura) fue una ciudad pensada.
Pedro de Valdivia aprovechó la geografía del valle en que está emplazada construyéndola como un tablero de ajedrez. Pura arquitectura pensada, soñada. Pedro de Valdivia era un soñador, un imaginario. Él soñaba como sueñan los ciegos, porque quienes no conocen un mundo le dan forma. Esa exquisita y brutal penetración del mundo Europeo en las selvas vírgenes fue horrenda, sí, pero alucinante.
Hoy en día se perdió esa identidad criolla. Los sectores periféricos se expanden en todas direcciones diluyedo la identidad entre barrios de venta exclusiva de artículos chinos hechos en Taiwán y locales de comida rápida de los más pintorescos lugares. Sólo las pinceladas nostálgicas de un centro histórico que se pierde entre gente neurótica y estaciones de metro recuerdan, como nebulosas en un cerebro amnésico que se apaga de a poco, la gloria arquitectónica y cultural de lo que alguna vez fue un tesoro construido a pulso por bestias del viejo mundo.
Por las calles de Providencia, con mucho menos cuidado que sus compañeros en el sur, viajaban dos Agentes de ASNA, Norte y Polar. Ambos miembros de la primera generación, esa misma que fue creada con el propósito de evitar un segundo golpe de estado y que finalmente terminaría siendo el ejército secreto del Estado contra los grupos insurgentes y revolucionarios. Norte y Polar eran los matones, aquellos que se ensuciaban las manos en las calles antes de que NAHUAL llevara la guerra a otro nivel.
Los dos agentes habían estado combatiendo en primera línea contra NAHUAL. Los túneles de la Patagonia fueron una sangrienta trinchera dónde ambos bandos perdieron decenas de miembros. Polar combatió con Lautaro en esa ocasión, ambos terminaron malheridos. Por esta razón Lautaro tenía un respeto especial por este dúo de agentes. El problema surgió cuando tuvieron que combatir con NAHUAL, ¿cómo enfrentarse a un ejército dirigido por uno de los suyos? Lautaro conocía toda la formación marcial de ASNA, tenía información exacta de su armamento y de la forma en que peleaba cada agente. ASNA no sabía nada. Encontrar a Lautaro desprotegido emitiendo una señal de radio fue un golpe de suerte, intervención divina, dirían otros.
-¿Cómo esperan que nos ayude una bruja chilota?- Preguntó Polar. Para ningún miembro era secreto que no sólo con las Machis de Temuco y la Araucanía ASNA había tenido problemas. También la sangre de los brujos de Ancud y Castro manchaba sus manos.
- No estoy del todo seguro. Lo que sé es que el padre de esta mujer colaboró con el gobierno, en su momento. No para los tiempos de ASNA, claro. Participó de algunos operativos durante el gobierno de Pinochet. Harto brujo colaboró durante esos días…-Dijo Norte, con algo de asco, se notaba.
-¿Me estás hueveando? ¿Cómo nos va a ayudar entonces si la ASNA nació justamente para evitar otro golpe, huevón?- Polar abrió los ojos como platos.  Más bien, él ojo, no tenía ojo derecho gracias a su pelea con Lautaro. En cambio llevaba un ojo de vidrio, que tenía un hermoso grabado del escudo nacional.
-El gobierno es uno solo, Polar. Ese es el gran secreto. Desde los tiempos en que esos pendejos cuicos con aires revolucionarios quisieron sentar las bases de un nuevo país que estuviera libre de la corona. El verdadero poder siempre ha estado ahí, ese es el Estado de Chile, los gobiernos le rinden cuentas a ellos.- Norte hablaba como si se tratara de algo que todo el mundo sabe.
-Pensé que esas huevadas pasaban en gringolandia, nomás.- Dijo Polar con una risita juguetona impropia de un agente como él.
-Esas huevadas pasan en todos lados, compadre.- Dijo Norte, siguiendo la línea calmada de la conversación. Es que todos los agentes de ASNA sabían de primera mano las locuras que ocurrían debajo de la copia felíz del Edén. Ahí donde los chilenos vivían sus vidas y aspiraban a USA y Europa, miles de sucesos inimaginables recorrían las venas del país de norte a sur.
Durante todos los años que ASNA ha estado activa ambos agentes han visto ocurrir cosas que a cualquiera lo volverían loco. Descubrieron un mundo subterráneo construido por un presidente en 1862. Uno de los padres fundadores del país llegó en el año 2010, viajando desde 1810.  Bernardo O’Higgins, viajando por una ruptura temporal que lo envió doscientos años en el futuro antes del evento que sería el primer ladrillo de este país tal como lo conocemos, la primera junta nacional de gobierno. Fue por esto mismo que nadie reaccionó ese 27 de febrero. Los viajes en el tiempo son tabú. El mundo se estremece cuando las leyes que lo estructuran son quebradas. Este mundo, al igual que todos los demás, tiene sus propias leyes. El universo, ese espacio entre mundo y mundo, en cambio, es libre. Espacio en blanco. Ese 27 de febrero apareció el padre mismo de la patria, seguido de un terremoto. Una buena pantalla para ocultar las historias sobre luces extrañas y un hombre que, asustado, preguntaba dónde estaba Santiago. ASNA fue la encargada de esconder la historia, desviar la atención y esconder al desorientado viajero…
Pero hoy era casi un viaje diplomático y los agentes se estacionaban fuera de la casa en la que vivía Yossie Bluee.
-¿Cuándo nos vamos?-dijo Yossie Bluee. Norte le había explicado toda la situación y ella había accedido. “Más fácil de forma voluntaria ¿verdad agente?” le dijo ella. Yossie Bluee tenía una habilidad muy particular, incluso entre los de su clase. Cada momento para ella sucedía al mismo tiempo. Mientras los agentes se bajaban de su automóvil en la entrada de su casa ella ya los oía explicando sus problemas. Ella ya abordaba el avión que los llevaría a Temuco, al Nielol, a NAHUAL…
Los agentes entraron en la casa, puerta abierta. Olor a incienso e infancia. Yossie los esperaba mirando por una ventana opuesta a la dirección por la que entraron. Los esperaba. ¿o ellos esperaban que hiciera algo antes de partir?
La mujer era hermosa, pelo negro y ojos cuidadosamente delineados. Un cuerpo que sin ser delgado era esbelto. Sus formas eran la de una mujer chilena. Sonreía y representaba su juventud en la forma de hablar. ¿La bruja más poderosa en Santiago? Nadie lo hubiese creído. Era una joven normal que trabajaba como fotógrafa (Interesante profesión para una bruja, una cuyo mito es que roba almas al capturar imágenes). Pero ahí estaban, viviendo como moldeaba el tiempo a su alrededor.
Los agentes la miraron. Algo en su interior los hacía pensar que ya la conocían desde hace mucho. Un sentimiento mezcla de compasión y amor surgía desde el primer momento en que veían el rebote de fotones en su piel. Era como una niña, ¿Qué hacían arrastrándola a una guerra en que no tenía nada que ver? Sin decirlo, por primera vez, se sintieron como monstruos.
-Ustedes tienen que explicarme que es lo que sucede, agentes.- Dijo Yossie, mirándolos con algo parecido a tristeza. Como si no pudiera evitar acompañarlos, como si no tuviera tanto poder sobre su destino ¿lo tenía en realidad?
-El avión sale en quince minutos, Yossie.- Polar se encontraba junto a ella en una tienda de donuts. Ella elegía algunas alegremente mientras él ocultaba su ojo de vidrio con unas gafas oscuras que le daban más apariencia de agente secreto.
Norte estaba seguro, al pasar el umbral de la puerta, que había escuchado en un avión el llanto de Yossie. El más desgarrador y silencioso llanto. Uno que silenciaba a la naturaleza misma, desde el desierto a las torres del Paine. El último llanto de una bruja chilota.
-NAHUAL se está reformando en el sur, Yossie.- Dice Norte.-Estos indios locos son capaces de cualquier cosa.
-¿Por qué habría de ayudarlos? No es mi guerra, yo no consigo nada colaborando en ella, agente.- Dijo Yossie, con un hilo de voz, aún sin resistirse, únicamente por escuchar lo que tenía que decir el agente.
-El Estado de Chile te garantiza la recompensa apropiada por ayudar, más un puesto permanente en ASNA, cuando todo esto termine.
-Nada de eso me interesa, agente Norte.- La mujer se acercó y puso su mano en el hombro de Norte.- Pero los ayudaré, más fácil de forma voluntaria ¿verdad, agente?
Yossie Bluee da vueltas por su casa.
Yossie Bluee aborda un avión con rumbo a Temuco.
Yossie Bluee espera a dos hombres llamados como estrellas.

CAPÍTULO III: DESVÍOS



SATURNO se había dormido a la altura de Llanquihue.
Sirio conducía, el parecía no tener sueño, y aún quedaba un largo camino hasta Temuco.
La ruta era posesión de los buses y los camiones a esas alturas de la noche, monstruosidades petroleras que rugían polución cortando el viento a su paso.
A esa hora tampoco alguien se molestaba en  recoger las tripas prensadas de los desdichados perros que intentaban cruzar la carretera.
También se había nublado, tentación de lluvia en los cielos, pero una nueva constelación de insectos se iba formando en el parabrisas, creando formas y figuras, plasmada como un rorschach moribundo ¿sería un presagio?
Una vez más los agentes no superaban la barrera de los cien kilómetros por hora para no llamar la atención y así poder esquivar los controles policiales.
Nadie abordo conversaba.
Valdivia no se había comenzado a despertar cuando la cruzaron de extremo a extremo. Más bien, ni siquiera se había dormido, es una ciudad que sustenta sus días en las noches, un corazón bohemio de niñas asesinadas y locos repartiendo sida con agujas en las fiestas. Gente deambulando como fantasmas extraídos del terremoto de 1960, penando sin saberlo, poseídos y bordeando el río que les quitó su vida pasada.
Los chamanes creían que las drogas los conectaban a entidades superiores. Ahora Valdivia está llena de chamanes amateur conectados con almas de niños que aún no saben que el agua se los tragó. Estos espasmos cuasi-mágicos los consiguen fumando hortensias y marihuana revuelta con hierba mate y orégano, acceso flaite con pasaporte falso a una dimensión superior. Falta grave.
Para el amanecer los agentes llegaron a Temuco. Aquí la magia sí es fuerte y se vive en cada rincón. Se respira internándose en los campos y se puede palpar en las pozas de agua congeladas durante el invierno. Las machis llenaron con su amor el territorio, sus brazos abrigadores cobijan la región de la Araucanía.
SATURNO, que había despertado antes de llegar a Padre las Casas, se sintió avergonzado frente a sus compañeros, ¿qué clase de agente se queda dormido en una situación así? Los pendejos le perderían todo el respeto, eso seguro.
Entrando a Temuco, Saturno habría jurado que vio una mujer de edad, vestimenta mapuche, que los observaba de una forma similar a la que se mira a un cordero antes de degollarlo, una mezcla de compasión y deseo infantil de llegar hasta el final; Esa curiosidad asesina propia de los niños.
Acto seguido, la mujer elevó un cántico larguísimo y de una belleza que conmovió a SATURNO hasta las lágrimas. La mujer cantaba con mezcla de tristeza y alegría. Le cantaba a la noche y al nuevo día, le cantaba a las aves para que hicieran su coro, a las plantas para que crecieran y a los hombres para que cultivaran. La mujer cantó un mundo distinto del que conocemos, un mundo ancestral, que se remonta antes de la llegada de los europeos.
Las miradas de SATURNO y la mujer se cruzaron por una fracción de segundo y sin embargo, él sintió que doce vidas pasaron por sus hombros antes de que la inercia la sacara de su campo visual.
-¿Alguien más vio a esa mujer.-Dijo atónito, esperando que los demás estuviesen igual de impactados que él.
Sin respuesta.
-¡Oigan, huevones!- Los nervios comenzaban a expandirse, un agente con décadas de experiencia tratando en el área más escabrosa y oscura de ASNA y sin embargo se encontraba desestabilizado.
Entonces SATURNO mira a SIRIO a través del espejo retrovisor del que colgaba un rosario y una imagen de la virgen tipo neón. SIRIO estaba ahí, conducía, pero algo faltaba.
Sin cara.
SATURNO fue presa del terror, miró a MARTE, sus facciones estaban deformadas y le suplicaba que lo matara mientras la piel le corría como jabón desde la cara. SATURNO grita.
Despierta.
Un sueño. Pero le cuesta convencerse de ello. Más cuando sus compañeros están en silencio con la misma cara de estupefacción que él.
-Alguien por favor explíqueme esta chuchada.- Dijo CORVUS, sudaba y sus ojos parecían desorbitados.
-Vi una mujer… Una mapuche, sus pupilas eran dos cráteres en el universo, huevón ¿en qué me metí? – Con SIRIO no se puede conversar, está en Shock. De alguna forma, MARTE logra sacarlo del asiento del piloto para posicionarse él mismo.
-Miren, todos sabemos a qué vinimos y con qué nos enfrentamos. No se dejen intimidar, cosas mucho peores pueden estar más adelante y la patria los necesita íntegros. ¡Compórtense!- les gritó SATURNO, aunque en el fondo se encontraba tan asustado como ellos, pero eso hace un líder, se mantiene firme como un imbécil cuando en el fondo siente el mismo terror que todos.
En el corazón de Temuco está el cerro Nielol, ahí también está Lautaro y lo que queda de NAHUAL.
ASNA estaba jugando de visita, era la tierra de Lautaro y el la conocía como nadie.  Sin embargo, en Santiago se gestaba la que bien podía convertirse en la carta ganadora de ASNA, justo en ese momento. Más bien, desde siempre…

CAPÍTULO II: LAUTARO




Nunca fuimos
El pueblo señalado
Pero nos matan
En señal de la cruz
- Graciela Huinao

Lautaro escondido. Escondido en lo profundo del Nielol. Lautaro fundido con las entrañas de tierra pertenecientes al cerro. Lautaro en conexión, recuperando la unión con su madre, la tierra. La Tren-Tren Vilú acariciando su rostro, secando las lágrimas derramadas durante doce años.
Lautaro despierta. Despierta de un sueño que lo repone de su dolor. Despierta después de doce años en trance, esperando que las machis que lo rastreaban incansables dieran con él y elevaran el canto que le permitió desvanecerse. Magia antigua. Día y noche lo buscaron, convertidas en aves y en pumas, en pudúes y en insectos. Lo buscaron.
Al fin en contacto con la cálida, cálida tierra. Al fin libre de su húmeda prisión bajo el Llanquihue. El abrigo del cerro le devuelve el alma al cuerpo, ya no hay goteras enloquecedoras ni hay ruidos del roce de peces, ni del choque de olas. Todo es paz. Todo es silencio y el contacto de la tierra viva con su piel lo llena de alegría.
“Lautaro ¿estás despierto?”. Una voz femenina llega a sus oídos.”Te esperan en la Ruka, Lautaro”.
Había citado para ese día a aquellos que lograron huir del genocidio de ASNA luego de que interceptaron su transmisión. Entonces piensa en Caupolicán, muerto, fusilado detrás de su casa y frente a sus hijos. Antes de encerrarlo los agentes le mostraron fotos de su cadáver como colador. Esas imágenes lo atormentaron durante los doce años que estuvo confinado. La primera noche lloró en la oscuridad por su hermano. Pero era momento de tomar su venganza, contra SATURNO y contra Chile…


Un ruido gutural abrió una grieta en la ladera del cerro, por ella Lautaro volvió a nacer, extendió primero los brazos, escarbando con las uñas, abriéndose paso por entre la tierra. Su cabeza sale como si se tratara de un parto, el Nielol dando a luz a su hijo perdido por tantos años. Entonces respira por primera vez. Un aire puro que expande sus pulmones. Y las lágrimas se asoman una vez más por la cuenca de sus ojos. Desnudo se inclina para besar el suelo bañado de luz matutina, una de las Machis que observa todo esto deposita sobre sus hombros un poncho para darle abrigo. “He vuelto, mamita. Soy un hombre nuevo y por mis venas corre ahora lava. Sangre cálida de nuestra tierra”. Dice Lautaro, levantándose y cubriendo su cuerpo con el tejido de la mujer. “cuánto tiempo estuvimos todas buscándote, niño”. La mujer le toma una mano a Lautaro y juntos comienzan a caminar por entre los arbustos hacia la ruka.
En el interior de la improvisada construcción un grupo de seis personas se encontraban sentadas alrededor de una fogata. Eran los miembros originales de NAHUAL, al menos, los que aún se encontraban con vida. Todos se giraron cuando la sombra de Lautaro se expandió como alfombra  por el suelo, anunciando la llegada de un rey. Un silencio se apoderó por minutos eternos del lugar, todos mirando a su líder que volvía, íntegro.
“Nunca perdimos la esperanza de que volverías, hermano mío”. Dice por fin el hombre sentado justo frente a Lautaro, el fuego entre ambos danzaba como poseído por un movimiento ancestral, y las pequeñas explosiones soltaban chispas como constelaciones efímeras ascendiendo en un desplante de energía, energía ígnea soltando un grito en el espacio, subiendo y bajando. Rompiendo las brasas como huesos. Siete hermanos reunidos. Y el universo entero, emociones, cuerpos celestes, organismos, leyes de la física y el amor... Naciendo todos en ese espacio, en esa pequeña ruka perdida entre los cerros... Florecían todos en un instante infinito.
El hombre, que respondía al nombre de Lincoyán usaba un cintillo que le recogía su largo y negro pelo, su piel morena brillaba reflejando las llamas junto a él y sus pómulos sobresalían profundizando como pozos negros la cuenca de sus ojos. La alegría se dibujó en su rostro y corrió hacia Lautaro que aún se encontraba de pie en el umbral.
“¡Lamngen! ¡Mi herano ha vuelto!” Exclamó Lincoyán mientras abrazaba a Lautaro, su hermano. “Acá estoy, hermano mío, acá estoy.” Lautaro también se había emocionado, era un hombre duro, de grandes batallas, pero su cercano contacto con la naturaleza lo había convertido también en un hombre sensible, capaz de manifestar sus emociones sin miedo al ridículo.
“Hermanos…” Lautaro comenzó a hablar por fin. “El Huinca me aprisionó mucho tiempo, me quitó años preciosos de vida”. Una vez más, el silencio se apoderó del lugar, todos escuchaban atentos lo que Lautaro les decía. “Primero, tengo que pedirles perdón, por mi imprudencia nos encontraron y por mi culpa nuestros hermanos murieron, cargaré con ese dolor hasta el último de mis días, hasta que mis huesos vuelvan a ser tierra.”
“¡Lautaro, No envenenes tu corazón! ¡Fueron los de ASNA los que mataron a nuestros hermanos!” Gritó Lincoyán desde su posición en el fondo de la ruka.
“Lincoyán, entiendo cómo te sientes, pero por favor, déjame hablar”. Dijo Lautaro agachando la cabeza. “… Perdón, hermanos míos, pero tendré que pedirles que me ayuden una vez más. ASNA ya debe estar buscándome, no van a detenerse hasta que me encuentren y me llenen de plomo el cuerpo. Conozco mi destino y sé que voy a terminar así, lo he aceptado ya…”. Lautaro sonaba más y más triste conforme seguía hablando. “Pero antes de eso, tuve doce años para elaborar un plan, tenemos que reorganizar NAHUAL y  contarle al mundo el infierno en el que estos huevones quieren meter a los Mapuche… Rayén, tú eres la más joven y a ti no te conocen los agentes de la ASNA, a ti te daré el papel más importante en esta misión”. Miró entonces a la joven, morena y de ojos almendrados que calzaban perfecto con su redonda cara, Rayén era hermosa, una flor, como su nombre.
“Tío Lautaro, usted sabe que cuenta conmigo, llevo doce años queriendo ver como caen los perros de ASNA, para lo que me necesites, solo dímelo”. Dijo Rayen, con la decisión ardiendo en sus oscuros ojos.
“Estoy orgulloso de ti, niña”.
“Y yo de usted, tío, ¿cómo fue…estar ahí, todo este tiempo?”.
“Una locura, Rayén, pero para eso he vuelto, para librar a mi pueblo de pasar por lo mismo que pasé yo”.

CAPÍTULO I: SATURNO



"Aquí Lautaro. Nos han mentido, todo este tiempo. Tras el plebiscito del '88, La Concertación recuperó los planos de la colonia subterránea del presidente Pérez. Estos huevones quisieron poner en marcha su proyecto secreto. La verdadera ocupación de la Araucanía no es lo que dicen los libros de historia... Hay interferencia... Ahora mismo un escuadrón del GOPE debe estar llegando al lugar desde el que transmito... Es mi último mensaje.
NOS HAN MENTIDO.
NO ESTAMOS SOLOS."

Grabación extra oficial de origen desconocido recuperada desde una de las comunidades mapuche de la región de la Araucanía durante el gobierno del presidente Lagos, año 2002. No se sabe del  paradero actual de la cinta.












Estimado R.S.

Junto con saludarlo, escribo esta carta desde mi despacho para informarle de una idea que he tenido estos días. Sabe usted, como nadie, mi intención de poner fin a los altercados que se sostienen con la comunidad indígena. Más esta semana ha tenido lugar un suceso que me reveló la solución absoluta a todos los problemas relacionados.
Pues a ellos mismos se han denominado Mapuche, gente de la tierra. Cuán agradecidos estarían de entrar en esta, como nunca un pueblo lo ha estado.
Es muy pronto para entrar en detalles, pero lo tendré al tanto.

No estamos solos.

Se despide atentamente
José Joaquín Pérez Mascayano, Presidente de la República de Chile.
Febrero de 1862

Carta del Presidente Pérez, recuperada por la ASNA el año 1992, de un archivo secreto de la Biblioteca Nacional.




Este no es el humo de mi canelo,
este no es humo de fogón que abrigo mis pies,
no es humo sereno y libre que danzaba en mi ruka no es humo de leña de ulmo. ¿Dónde están las brazas?
- Eliana Pulquillanca.


“Atención todas las unidades. Lautaro ha vuelto. Repito. Lautaro ha vuelto."
La monótona voz llevaba repitiendo el mensaje durante horas, la frecuencia era secreta y se transmitía a lo largo de todo el país. Los receptores se encontraban en poder de algunos agentes haciéndose pasar por civiles, a la espera de este momento.

La carretera Austral. Unificadora de todo este sur mágico, misterioso y lleno de secretos. Extensión longitudinal de cientos de kilómetros de asfalto, de elementos foráneos penetrando en el corazón de bosques como una flecha grisácea del huinca. Una procesión que como columna vertebral comunica los organismos urbanos. Pero hoy, la carretera austral dirige algo especial en su dura superficie, un automóvil cuyo conductor no supera la barrera de los cien kilómetros por hora, por miedo a fundir su pequeño motor. Contraproducente. El tiempo es oro, cada segundo que él se atrasa es un segundo de ventaja para Lautaro. Pero son políticas que vienen de poderes superiores a él. El agente SATURNO persigue a Lautaro, el líder de la extinta NAHUAL. Pero eso es historia extraoficial, NAHUAL no aparece en los libros de historia, no es de manejo público el nombre de la organización que casi mató al país. No, NAHUAL nunca existió. Pero SATURNO no puede obviar lo que sabe. Los recuerdos llevan doce años atormentándolo, lo que sucedió en esos laberintos subterráneos cavados en la Patagonia durante el gobierno de José Joaquín Pérez, en alguno de sus delirios. Todo esto “top secret” como dicen los jóvenes. Una larga e intrincada red de túneles que serpenteaban por el extremo sur del país y rodeaban las ciudades. Hay dos rutas de ingreso, una de ellas está directamente bajo el puente cruces, en Valdivia. La segunda vía de acceso se encuentra en las profundidades del Canal del Chacao. Ambas rutas se encuentran protegidas por litros y litros de agua. Nunca supimos como fue qué Pérez logró construir su obra sin mover una sola piedra y sin que nadie se diera cuenta. Los miembros de la ASNA pasaron los años que duró su guerra contra NAHUAL investigando estos túneles tras descubrir un documento extraviado en el archivo inaccesible de la Biblioteca Nacional. Incompleto. Una carta escrita por el mismo Pérez en que narraba a un amigo suyo, un primer vistazo del plan que luego decantaría en la ocupación de la Araucanía. La parte interesante salta a la vista cuando Pérez se refiere a los Mapuche diciendo: “Pues a ellos mismos se han denominado Mapuche, gente de la tierra. Cuán agradecidos estarían de entrar en esta, como nunca un pueblo lo ha estado.” Estas palabras dieron lugar a una infinidad de hipótesis, finalmente la más aceptada fue que Pérez pretendía convertir a los Mapuche en la primera “gente topo”. Un control policial abstrae a SATURNO de sus recuerdos. “Pacos de mierda”. Dice mientras dos oficiales de verde oliva se acercan a su auto. “Buenas noches, ¿me permite sus documentos y los del auto, por favor?”. Dice uno de ellos cuando SATURNO baja la ventanilla. “Si me lo permite, oficial, voy con un poco de apuro”. Le responde SATURNO, por un momento o dos se siente huevón, solo por llevarle la contra a un policía se lo pueden hasta llevar detenido y quién sabe lo que Lautaro podría haber hecho para ese entonces. El policía que le pidió los documentos se inclinó un poco sobre la ventana, SATURNO pudo sentir su aliento a cigarrillo y vino. “Más cuidado huevoncito, no vaya a ser que por insolente llegues a la comisaría en vez de Puerto Montt”. SATURNO no puede poner en peligro el avance de la misión, le entrega los documentos al carabinero y mientras este se toma todo el tiempo del mundo en mirarlos como un simio se imagina como le partiría la cara a este imbécil. Finalmente recibe sus documentos de vuelta junto con un seco “Todo en orden, circule”. Al menos media hora de retraso por estos huevones y hay un psicópata suelto en algún lugar entre Frutillar y Puerto Montt. El psicópata más peligroso del que tenga memoria este país. El negro mar fusionado por un horizonte ahora inexistente era solo una extensión más del cielo nocturno sobre Puerto Montt, pero el olor a sal y los imponentes edificios contrastando con un juego de luces en todas direcciones le avisan que ya está en su destino. SATURNO se apresura a llegar al lugar acordado, casi orando para que MARTE, otro agente de la primera generación con el cuál había de juntarse hace más de una hora aún esté esperándolo. Obvio que lo espera. Si llega solo al edificio del Servicio de Impuestos Internos, en donde una improvisada base de operaciones se instaló esta semana, los nuevos agentes no dudarían ni un minuto en hacerlo pasar solo para molerlo a golpes por su incompetencia. Sin siquiera preguntar. “Estamos viejos”. Piensa SATURNO, y un gesto, casi una sonrisa se dibuja en su cara...
La oficina del SII se encuentra a un costado de la plaza que da de frente al mar, SATURNO continuó por la costanera hasta que pudo tomar la calle Antonio Varas y así dar con el edificio. En un rincón vio como ascendía el humo de un cigarrillo y supo de inmediato que se trataba de su compañero. “Estás retrasadísimo, huevón”. Le dijo este en cuanto detuvo el automóvil y puso un pie en la calle. “Que no te llame la atención”. Le contestó SATURNO “Esos pacos incompetentes me retuvieron en la carretera”. “Bien, trata de explicarle eso a los nuevos reclutas acá”. Ambos ingresaron al edificio y se dirigieron al costado izquierdo, ahí, en una sala con algunos cubículos usados por oficinistas en las horas laborales se encontraban tres sujetos más. Esperando. Emputecidos.
“¡Una hora huevones! ¡Una hora se demoraron y este loco de Lautaro podría estar desperdigando bombas como huevos de pascua por la ciudad!”. Dijo uno de los agentes cuando SATURNO y MARTE entraron en la sala. Ambos trataron de razonar con él, quien, muy a su pesar, terminó concediéndoles que la situación, por un tema de protocolo, se escapaba de sus manos. Todo tenía que transcurrir con la mayor de las normalidades.
“Hemos rastreado el área con ayuda del GOPE, ni rastro de Lautaro. Puede que el concha de su madre ya esté viajando a Temuco para reunir a su gente.” Dijo el agente de nombre clave SIRIO. Cuyo rostro era atravesado de forma horizontal por una cicatriz horrible. Posiblemente obra de alguno de los instructores contratados por el Estado para trabajar con los agentes de ASNA. O bien de una misión. No hay mucha diferencia.
“¿Cómo fue que este huevón se escapó ahora si no lo logró en doce años?” Preguntó SATURNO.
“Nadie lo sabe, Agente. Lautaro se encontraba aislado en la profundidad del Lago Llanquihue, en una celda cúbica de la que nadie podía entrar ni salir. Su única conexión con el exterior era una suerte de tubo por el cual le ingresaban dos comidas al día. Aún con eso, era imposible que siquiera su cabeza entrara en él. Sin conexión eléctrica y en la más absoluta de las oscuridades, El huevón es un Houdini”. Dijo el otro agente, CORVUS. De pelo largo y negro. El más joven de los presentes, Nunca había estado en la guerra que sostenía ASNA con NAHUAL, esta era la primera misión que le delegaban, dado que de todos los agentes era el más avanzado en manejo tecnológico, imprescindible, pero a gusto de SATURNO, un pendejo que moriría al primer encuentro con Lautaro.
“Cualquiera sea el caso, hay que movilizarse luego”. Dijo SIRIO. “Tenemos un vehículo más apto para el viaje, tomaremos la ruta de Los Lagos para acortar el camino hasta Temuco, ahí nos esperan dos Agentes más quienes ya están movilizándose en el sector”.
SATURNO no tenía considerado viajar una vez más atravesando medio sur, la idea lo asqueaba. Aún con esto abordó el Jeep que tenían los tres agentes. Salvo por SIRIO, los tres eran jóvenes, ninguno sabía sobre batallas en las entrañas de los cerros, ninguno había visto a Lautaro, nunca. SATURNO sintió algo parecido a la lástima por ellos, sabía que alguno iba a morir, quizás todos. Incluso él y MARTE, sabía que era un viaje sin regreso al corazón de la Araucanía, territorio enemigo, las cosas son diferentes en esos campos que esconden los huesos del Huinca.
La ASNA fue creada durante el gobierno de Patricio Aylwin en el año 1990, su misión original era la de evitar que se perpetrara un segundo golpe militar. Lautaro, al igual que SATURNO y MARTE era uno de sus primeros miembros, sin embargo, cuando la concertación descubrió la historia secreta tras la Ocupación de la Araucanía Lautaro, cuyo nombre clave no era al azar, puesto que pertenecía a una orgullosa y pura casta Mapuche abandonó la agencia, no conforme con esto, organizó en la Araucanía su propia célula paramilitar secreta, había nacido NAHUAL.
Fue entonces que los túneles de la Patagonia se convirtieron en trinchera de la guerra secreta que ASNA y NAHUAL mantuvieron por casi diez años. Sin embargo el año 2002 Lautaro cometió el error que puso fin a esta batalla. Transmitió por una frecuencia abierta un mensaje que revelaba al país esta situación, un escuadrón del GOPE irrumpió en uno de sus escondites desde donde estaba transmitiendo y por fin, Lautaro fue apresado.